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En el mundo de los vibradores Fun Factory tiene un nombre bien ganado. Desde sus inicios, como empresa ha sido pionera en la industria de los juguetes sexuales

En el mundo de los vibradores Fun Factory tiene un nombre bien ganado.

Desde sus inicios, como empresa ha sido pionera en la industria de los juguetes sexuales.

Emplearon desde el principio silicona y nunca usaron materiales de calidad menor lo que los hizo siempre destacar.

Siempre se centraron en diseños que no fueran simples, así evitaban los prototipos fálicos o centrados solo en heterosexuales, lo que dotaba a sus artículos de un aire postmoderno, incluso atrevido.

Vibradores Fun factory Limba Flex

Vibradores en dos por tres

Usualmente caprichosos, con colores brillantes que transmitían alegría por si solos, añadieron métodos de marketing llamativos o cuando menos innovadores, para la segunda parte de la década de los 90.

Por otro lado, también es cierto que, su preocupación por la seguridad nació con ellos.

En su búsqueda por el placer seguro, proponían bolas anales que no raspaban, tapones anales cómodos y fáciles de manipular, vibradores preparados para sesiones largas que duraran lo necesario.

Antiguedad en el negocio

Los que tuvieron hace más de una década juguetes de su fabrica, deben haber caído rendidos ante la suavidad de su silicona.

Entre otras cosas Fun Factory, tiene el merito de lograr calcular la carga magnética, casi antes que cualquier otro competidor.

Vibradores fun factory

Esta empresa que hoy tiene clientes en todo el mundo, se asienta en la ciudad de Bremen, en Alemania.
Fun Factory fabrica los artículos que vende con su propia maquinaria patentada.

Quienes han visitado sus instalaciones, comentan que es asombroso, ver la forma en que los vibradores se unen, tanto mecánicamente, como por mano humana.

Sus empleados usan dispositivos especiales para encajar los paneles de control que llevan los vibradores, unir los mangos en los ejes de silicona, o moldear las bolas de kegel.

Esta combinación de maquinaria y esfuerzo humano, les permite, no tener líneas de montaje automatizadas, sino una mezcla de métodos de creación que imprime un carácter personal y humano a lo que hacen.

Menos de 100 personas trabajan en la sede de Bremen.

O sea, cuando compres tu próximo vibrador ,si es de la colección de la casa Fun Factory, sabras que  has apostado bien, porque estas comprando, en una de esas compañías que tienen un lugar merecido en el mercado, al no haber dejado de un lado la calidad ni la preocupación por el cliente.